
Por sus frutos los conoceréis dice el texto bíblico en Mateo 7:20 añadiendo un poco antes, en el versículo 18, que “no puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos”, dejando así sentado que son más importantes las obras, esto es lo que se hace, que lo que se promete o simplemente se dice que se va a hacer. No dan uvas los espigos, sentencia acertadamente el mismo pasaje de la Biblia referenciado.
En razón de lo antes expuesto y frente al flagelo o al cáncer de la corrupción que hace permanente metástasis y carcome a, Colombia no son tan importantes pues las palabras como los hechos. La corrupción se combate haciendo y no diciendo. En otras palabras, la lucha contra la corrupción se escribe con P de Práctica (y de Petro) y no con R de Retórica (y de Rodolfo) pues en este último caso estamos solo frente a oportunismo, demagogia y populismo.
Es en las acciones e incluso en los riesgos que asumen los hombres y mujeres desde donde se mide su verdadero nivel de consecuencia y compromiso y la necesaria correspondencia entre la teoría y las acciones. Del ejemplo hablaba permanentemente Jaime Bataman Cayón (Fundador del M-19) como la forma correcta y adecuada de educar.
El cambio para Colombia significa precisamente extirpar de raíz el cáncer y, cómo si se tratara de un procedimiento en una persona cercana o en un miembro de nuestra familia, tal misión jamás se la encomendaríamos a una persona sin la experiencia suficiente para saber dónde y qué diseccionar y mucho menos a quien estuviera seriamente cuestionado en su ética profesional. Las misiones más riesgosas se le otorgan a los más preparados para asumirlas y no a quienes llegan a improvisar o a aprender como nos lo enseño recientemente la mala elección de Iván Duque.
La persona que acometa la lucha frontal en el país debe por tanto reunir unas condiciones que no se adquieren o se compran sino que se forjan y demuestran fehacientemente a través de los años.
¿Cómo creerle a un candidato presidencial que dice que combatirá la corrupción si aparte de estar rodeado y respaldado por ex presidentes y congresistas incursos por acción u omisión en sonados y gravísimos casos de corrupción, también es protagonista de este tipo de conductas y en calidad no precisamente de víctima sino de perpetrador destituido y llamado a juicio por la reiteración de las mismas conductas? (celebración e interés ilegítimo en contratos).
En el caso de Gustavo Petro, su relación con la corrupción se ha dado exclusivamente en el terreno y en el papel de denunciante, haciendo gala entre otras cosas de un gran valor civil y de una rectitud y transparencia que ni siquiera le ha permitido detenerse a reparar al momento de denunciar si quien comete actos de corrupción es políticamente afín o no a él (como ocurrió con los hermanos Moreno, sus copartidarios del Polo), lo que de por sí ya es una enorme prenda de garantía de que, en caso de gobernar no transigirá con ningún acto o persona que enlode o enturbie su limpia trayectoria pública.
Y es que al país nacional debería decirle muchísimo que un hombre público, odiado, perseguido y denunciado múltiples veces por el establecimiento corrupto haya podido, sólo sobre la fuerza de la razón y del derecho probar una y otra vez y pacientemente su inocencia y la transparencia en sus actuaciones públicas. Petro no es perfecto, pero sin duda si hubiese dado la más mínima oportunidad para ser sacado del escenario de la política ya no estaría en ella, incomodando a muchos y manteniendo la frente y la autoridad moral para hablar sin que nadie pueda señalarlo y mucho menos enrostrarle que la urbanidad de Carreño prohibía hablar con la boca llena o con las manos sucias.
Todas las lupas han estado puestas sobre él y sin embargo la justicia y los políticos no han podido hallarle manchas en su ejercicio público. Si por algo se distingue es por haberse mantenido como un actor político incólume y probó.
A Gustavo Petro se debe que el país hubiese conocido el nauseabundo escándalo de la parapolítica que llevó a la cárcel a un número nunca antes visto de congresistas (2004).También el destapar el crimen de estado de las ejecuciones extrajudiciales contra más de 6 mil civiles inocentes, eufemísticamente llamados “falsos positivos” (2006). Tampoco hay que olvidar su denuncia a las interceptaciones ilegales del extinto DAS o “chuzadas” (2009).
Pero la trayectoria anticorrupción de Petro no se agota ahí. Con gran integridad y valores denunció el Carrusel de la Contratación en Bogotá sin importar que involucrará no sólo a los hermanos Nule sino a una alcaldía en manos del mismo sector alternativo al que el pertenecía (2011) demostrando cero tolerancia contra la corrupción sean quienes sean sus protagonistas. Finalmente no hay que olvidar su destape de la red de sobornos y corrupción de ODEBRETCH (2018) la que con excepción de Colombia ha dejado en toda latinoamericana a reconocidos políticos condenados.
Son precisamente los que hoy aún disfrutan de libertad por la impunidad, o mejor la inmunidad que se les garantiza desde la justicia, los que hoy se alinderan en un TODOS CONTRA PETRO en las filas de Rodolfo Hernández en un último intento por no terminar, no manejando el estado, sino en una cárcel tal y como lo merecen. ¿Les garantizará Ud. no votando o votando mal esa impunidad desde el odio y miedo infundado que ellos y sus medios conveniente e injustificadamente han sembrado contra Petro?
Excelente apreciación sobre G. Petro, quien se ha jugado su vida, por décadas, por Colombia. Sabiendo que sin armas también hace justicia y que desde cualquiera que sea su posición puede ayudar al PUEBLO! Sus frutos le permiten más de 8’500.000 …
Excelente. PETRO sabe que sin corrupción y justicia, ayuda al PUEBLO! Sus frutos le permiten más de 8 millones …