Maestros: Tiempo de organizarnos políticamente

Salvo para lo que estrictamente tiene que ver con la defensa de lo laboral y de lo económico, los maestros y maestras del país rara vez tenemos la facilidad de aunar voluntades y esfuerzos en función de un propósito político de beneficio sectorial. Excepto en el aspecto antes mencionado lo que impera en lugar de un, por así llamarlo, espíritu colectivo es un individualismo exacerbado en el que cada uno se cree único depositario de una verdad absoluta y revelada que anula o neutraliza la otredad.

Con relativa facilidad y desde una lógica que aún se sitúa en el modelo de democracia indirecta y representativa de la Constitución de 1.886  somos capaces de endosar nuestra soberanía a otros, pero también con excesiva desconfianza nos resistimos a unirnos entre nosotros mismos y cuando coincidimos, por ejemplo en  torno a un nombre y un proyecto como el de Gustavo Petro, lo hacemos desde una dañina atomización en la que cada uno actúa como apéndice de algo o de alguien y lo externo prevalece sobre nuestros propios y particulares intereses y necesidades como sector.

 

Las tan promocionadas “ciudadanías libres” de las que nos habla Petro y que no son un punto de partida sino uno de llegada o un ideal por alcanzar, deberían también permear o volverse parte del ADN de los maestros y maestras de Colombia.

 

A nivel sindical, por ejemplo, es bastante frecuente y hasta vergonzoso escuchar a colegas profesionales expresar, sin ningún pudor y sin ruborizarse, que son de x o de z directivo o colectivo magisterial en lo que hay implícita una lógica de propiedad y de pertenencia (de pertenecerle a) que difiere o no es sinónimo de “sentido de pertenencia” y mucho menos de la tan necesaria independencia y criterio que deberían ser por lo menos 2 de las características de esas denominadas ciudadanías libres en la que lo preponderante sean la adhesión a ideas y proyectos más que un amiguismo sin raíces racionales.

 

Pero lo grave va más allá de lo antes señalado. Nos han dividido e impregnado de un sectarismo tan propio de los años 70 del siglo pasado, que no sólo se nos dificulta rodear y apoyar lo que alguien ajeno a nuestro reducido círculo proponga sino que también y no conformes con lo anterior es un comportamiento bastante común invisibilizar, bloquear y hasta desdeñar o atacar iniciativas beneficiosas, que en un también dañino egoísmo no provengan de “uno de los nuestros”.

 

¿De quién es? o ¿A qué o a quién pertenece? pareciera ser la “lógica” que dispara adhesiones o rechazos y prevenciones por ejemplo en escenarios físicos y virtuales. Es precisamente esa suerte de mezquindad  antropofágica y de sectarismo y divisionismo sin razón diferente a preservar la tan necesaria fragmentación que posibilita la supervivencia de feudos o micro poderes la responsable de que el magisterio hubiese perdido los senadores que en otro tiempo tuvimos y que no se hubiese alcanzado ninguno de los que en esta ocasión eran tan necesarios.

 

Claro que también y en defensa de los educadores de base y de su ya normal escepticismo e incredulidad hay que decir que a las mismas contribuye esa reproducción de las viciadas prácticas sindicales en el terreno de lo político. El día en que los directivos y representantes políticos del magisterio  entiendan que una vez superados los procesos electorales ellos se deben a la masa total de electores y no a su “rosca” se habrá dado un importantísimo paso en la dirección correcta de propiciar la participación y credibilidad de los docentes en propósitos colectivos.

 

Para “desminar” el campo de las prevenciones y avanzar es necesario, tomar como referente la lección que nos está dando de manera práctica y no teórica y aún sin posesionarse Gustavo Petro. Superar los sectarismos se impone hoy más que nunca en un gremio que carece de vocerías fuertes frente a los actores políticos decisivos.  Ineludiblemente en esta dirección la mezquindad debe ceder terreno a la grandeza hasta en las cosas más sencillas o simples.

 

Por ejemplo, es terriblemente absurdo que entre nosotros mismos y desde cálculos propios del clientelismo no seamos capaces de rodearnos, respaldarnos y visibilizarnos en una red social como twitter. Más de una vez, con absoluto desprendimiento y desde el ejemplo en el que tanto insistía Bateman he apoyado y respaldado sin prevenciones a docentes de base, pedagogos y a dirigentes magisteriales sin que de parte de los mismos exista la tan necesaria reciprocidad.

 

Es momento, por lo menos desde las bases del magisterio, de construir confianza para ganar respeto, protagonismo y espacios en los escenarios donde se discuten y deciden los grandes temas que nos benefician o afectan.

 

Está bueno ya de seguir siendo eternamente útiles solo para fortalecer y elegir a gente externa a nuestro sector social. Es bastante diciente en este sentido que antes de su triunfo el hoy presidente electo reconozca y se comprometa mediante su palabra y firma con un Pacto por los Animales como el que suscribió con Andrea Padilla Villarraga y que un Gran Pacto por la Educación no sea defendido y promovido por las organizaciones sindicales y por los propios maestros sólo por egoísmos y “cálculos electorales” mezquinos y absurdos. Por eso nos tratan como nos tratan.

 

Hoy se impone, luego del decidido respaldo otorgado en las urnas a Gustavo Petro y Francia Márquez perder el miedo y dar nuevos pasos en la dirección de agruparnos identidariamente y políticamente como sector llamado a futuro a jugar un rol ya no de actores de relleno sino de protagonistas determinantes en una sociedad huérfana de nuevos liderazgos y de ideas. La posibilidad y oportunidad histórica está planteada y bastará saber si tenemos la visión para entender que más allá de lo gremial es necesario trascender hacia organizarnos políticamente para actuar también como ciudadanos y trabajadores que somos.

2 Comentarios

  1. Asi es , usted a visto que muxhis de nosotros que pensamos diferente y creemos en un sindicalismo sin tinte politiquero, nos han separado de los sindicatos mayoritarios y nos ha tocado sobrevivir apartado en otras bases sindicales

  2. Pienso q se debe abrir y socializar un proceso decinscripcion a mesas de trabajo con la participacion de los colectivos o representantes de los q apirtamos masivamente a este Cambio

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